sábado, 5 de marzo de 2016

Los tres amores

El amor es sin duda alguna el fundamento de nuestra existencia. Procedemos del amor y somos amor en esencia. Otra cosa es lo mucho que a veces parece costarnos aceptar esta realidad, pero lo que todos buscamos a lo largo de la vida por caminos diferentes es algo que tenemos dentro de nuestro ADN: el amor. 

También parece claro que en un mundo como el nuestro tan sumamente diversificado y lleno de matices, el amor no puede escaparse de los mismos y nos dice que tiene muchas ramas que mostrar. Como a los estudiosos, además, parece encantarles producir múltiples clasificaciones, con un sentimiento tan poderoso como el amor no han dudado en realizar también este cometido, y así han considerado tres niveles de amor que merecen ser tenidos  muy en cuenta. El mismo Paulo Coelho en su libro El Peregrino de Compostela nos aclara de una manera muy bella y extensa en qué consiste cada uno de estos niveles. Claro que Paulo Coelho no es el único, pues como digo es una idea que viene de muchos estudiosos y que actualmente la podemos encontrar recogida en este fascinante autor o on otros como por ejemplo Neale Donald Walsch en sus libros Conversaciones con Dios, David Pawson en su libro Abramos la Biblia.

El Beso, de Rodin
En un primer nivel se sitúa Eros. Supongo que a ninguno se nos escapa de qué estamos hablando. Sí, claro, del amor pasional, del amor romántico, del amor que se ofrece y se recibe en una pareja. Un amor que tiene en cuenta el espíritu y la química. Por eso sin duda saltan chispas cuando conocemos a nuestra pareja. A mí, incluso, me gusta decir que más que conocer a nuestra pareja parece que la "reconocemos". Es como si antes de aterrizar en nuestro planeta se nos hubiera dejado bien claro quién iba a ser nuestra más íntima compañía, y una vez aquí, de repente, algo en nuestro interior se despierta y reacciona moviéndose hacia aquella persona que intuíamos nos estaba destinada. 


En el segundo nivel tenemos a Philos (Filos). Philos representa la amistad, la camaradería. Una unión en la que la química no tiene por que darse pero sí una fusión de metas e intereses,  y por supuesto un sentimiento común de cariño. Disfrrutamos juntos, nos cuidamos y compartimos intereses, nos mostramos el cariño que nos sostiene y nos nutre; nos enriqucemos con la compañía de nuestros grandes amigos. La vida parece adquirir un hermoso brillo cuando compartimos la amistad; cuando, en definitiva, vivimos Philos.

La danza, obra de Matisse
Y en el tercer nivel nos encontramos con Ágape. ¿Qué es Ágape? El amor total, el amor divino, el amor que nos hace bello el mundo entero. Quien vive Ágape, no se pregunta por qué o para qué ama, sencillamente se envuelve de un sentimiento de profundo agradecimiento a la vida, de un amor tan completo que ni el más mínimo de los seres pasa despercibido por quien vive y experimenta el Amor Total, el amor que -como dice Paulo Coelho- devora. Es tan fuerte, es tan brillante, es tan unificado que todo lo abarca. Es puro y absolutamente Amor; ya no se vive ni siquiera en el tiempo sino en la pura presencia. Se vive con intensidad, se vive con agradecimiento y bondad, se vive con una total unidad... Es el amor que nos permite el éxtasis.. Es el amor que nos dirige hacia nuestro Creador. En definitiva es pura y llanamente AMOR.

Bien, pues ahí tenéis esa clasificación de los tres amores; pero, ahora, aquí, entre nosotros, yo creo que lo verdaderamente importante, antes que cualquier clasificación que a la larga podría dividir más que unir, es la vivencia del AMOR, pues aunque ésta se pueda experimentar de múltiples maneras gracias a la riqueza que proporciona, su esencia es única y ésa es nuestra garantía de vivirlo en plenitud.