jueves, 6 de octubre de 2016

Sacar partido al dolor

Sí; parece un hecho confirmado que el dolor existe. Lo podemos disfrazar, lo podemos ignorar, podemos restarle importancia, pero ahí está. Entonces, dado que existe y al menos en determinados momentos de nuestra vida nos alcanza, parece inteligente aprender a convivir con él, desentrañar su misterio y conseguir corregirlo o trascenderlo.

Obra de Vincent Van Gogh
Como sin duda ya sabéis, una cosa es el dolor y otra el sufrimiento; si bien es verdad que ambos estados pueden mezclarse con lo que se aumenta la intensidad tanto de uno como de otro. El dolor es algo que sucede, que se da, que aparece; el sufrimiento es nuestra forma de vivirlo, dándole más fuerza con nuestro pensamiento.

Me gustaría compartir con vosotros unas palabras del swami Satchidananda, alguien que aunque ya murió de manera física, me ayuda muchísimo con el valioso legado que nos dejó. Dice sobre asuntos tan importantes como el dolor, el sufrimiento, los problemas, etc., lo siguiente:

 Usted necesita de la desgracia para conocer la verdad. Si combate contra la adversidad, comprenda que se trata de los golpes y traspiés que alientan a las personas a ser yoguis. Para conocer el bien es necesario saber qué es el mal. Así es la vida. Reconozca sus lecciones. La aceptación del padecimiento en aras de la felicidad de los demás se llama entrega. Si lo acosa el sufrimiento, admítalo con gozo, agradezca a Dios y a la persona que se lo produce. Dé la bienvenida a esa persona, toque sus pies, pero no la imite haciendo sufrir a los demás.
 Aprenda la lección que proviene del dolor.
Antes de seguir, me gustaría aclarar que eso de "tocar los pies" es ni más ni menos que una demostración de respeto en la India. Por tanto, Satchidananda nos está diciendo lo mismo que dice Jesús: amad a vuestros enemigos. ¿Por qué? Por varias razones; porque son humanos, frágiles como el resto; y porque son grandes maestros, aunque sea de una manera un tanto peculiar. Eso sí, está muy bien esa última aclaración sobre amar al enemigo pero en ningún caso imitarlo.

También dice Satchidananda algo que considero de gran importancia. Nos habla de esa necesidad que tienen algunos de buscar el sufrimiento, y de cómo él lo considera una afrenta al cuerpo (propio o ajeno). Así matiza lo siguiente:
 Se le ha dado su cuerpo por razones muy válidas y no debe hacerle daño. Si sufre dolor, acéptelo como una forma de purificación.

Es decir, no se trata de buscarlo voluntariamente, sino de saber afrontarlo y obtener la lección que cada uno necesita para poder trascenderlo y convertirse en una verdadera persona.



 

Las palabras del Swami Satchidananda están extraídas del libro:
Conózcase a usted mismo. Las enseñanzas esenciales de 
Swami Satchidananda. Compiladas por Philip Mandelkorn.