Un espacio dedicado a la reflexión en el que tienen cabida temas tan diversos como historia, narrativa, espiritualidad, crecimiento personal, psicología... ¡Sed bienvenidos a estas lecturas!
jueves, 27 de abril de 2017
jueves, 20 de abril de 2017
El mundo material
Me parece algo curioso y a la vez triste, esa extraña idea que parece prevalecer en el ser humano, incluso dentro de los diferentes caminos religiosos, y que considera el mundo material como un mal en sí mismo, o incluso como un error del Hacedor, teniéndolo como algo imperfecto o incluso pecaminoso.
¿Por qué ese empeño tan grande por menospreciar el mundo en el que vivimos? Si uno cree en un Dios Creador, no parece lógico pensar que su creación sea mala en sí misma; y si no se cree en Él, tampoco encuentro razones para aborrecer la existencia, pues lo que suele aborrecerse es lo que la impide.
Pienso que uno de los primeros pasos a dar sería el valorar el mundo en el que vivimos con su realidad material; valorarlo y agradecerlo, así como disfrutarlo, en vez de emplear nuestra imaginación en variedades diversas de sacrificios que terminan por dañarnos tanto física como mentalmente. Y ese disfrutarlo implica cuidarlo, no sencillamente abusar de él sin medida, sino teniendo en cuenta todas las implicaciones y relaciones que pueden mejorar o entorpecer dicho disfrute.
Y partiendo de esa valía real que le otorgamos a lo concreto y material, entonces también podemos valorar, agradecer y vivir esa otra realidad más sutil pero igualmente presente como es la realidad espiritual.
Estaría bien que dejáramos de luchar contra el mundo en el que se nos alojó, y empezar a considerarlo como un valiosísimo regalo que está a nuestra disposición para ir descubriéndolo día a día.
A lo mejor estas palabras nos podrían hacer entender un poquito mejor la situación tan contradictoria que solemos alimentar. Aquí quedan para nuestra reflexión:
"El problema surge de que creéis que existe el BIEN y el MAL. Pero lo cierto es que sólo existe el BIEN.
Lo que llamáis MAL no es más que BIEN en EVOLUCIÓN. Una vez transformado por la vía de la evolución y el aprendizaje, se convertirá en SUMO BIEN.
No hay dos principios. No hay dualidad. Hay un ÚNICO PRINCIPIO EN DESARROLLO Y TRANSFORMACIÓN."
domingo, 16 de abril de 2017
¡Feliz Domingo de Resurrección!
jueves, 6 de abril de 2017
En torno a Jesús
Sobre Jesús se ha escrito y se ha discutido muchísimo a lo
largo de los siglos. Incluso se ha pretendido que tal figura ni
siquiera existió y que se trata tan sólo de una leyenda; aunque los historiadores más prestigiosos -como puede ser Antonio Piñero, quien a sí mismo se declara no creyente y agnóstico- coinciden en admitir como más fiable su existencia que su inexistencia.
Aunque no soy ni historiadora ni teóloga, me voy a permitir reseñar aquello que yo pienso de la figura de Jesús; o por lo menos, algo de lo que yo pienso y siento sobre ella.
Aunque no soy ni historiadora ni teóloga, me voy a permitir reseñar aquello que yo pienso de la figura de Jesús; o por lo menos, algo de lo que yo pienso y siento sobre ella.
En primer, lugar para mí Jesús ha sido un
referente al que he acudido en múltiples ocasiones. Francamente, es
alguien que siento muy cercano; con el que puedo dialogar sin miedo,
con quien he aprendido el don de la sinceridad porque sé que siempre
se muestra comprensivo. A veces lo percibo como amigo, otras como
hermano y otras, incluso, como padre, y siempre como maestro. Sé, porque ése ha sido su
mensaje, que el Padre es el Hacedor de todos, pero a Él también me
dirijo desde la disposición de hija.
¿Cuál ha sido el mensaje de Jesús? Sin duda el
del Amor. El amor conduce a la compasión, y también a la
clarificación aunque duela, pero no al castigo. Jesús no calló sus
ideas aunque en determinados momentos resultaran duras; pero estoy absolutamente convencida de que siempre amó. Que
recriminara a muchos, no quiere decir, en absoluto, que no los amara.
No puedo percibir nunca ira en los ojos de Jesús, sino una enorme e
infinita dosis de amor y, por tanto, de comprensión.
¿Para qué vino Jesús a la Tierra? Yo creo que
para muchas cosas, pero todas con un mismo fundamento: el Amor. En
los Evangelios parece claro que Jesús vino a revelar la existencia
real del Padre Creador, y a hacernos comprender Su amor y la relación
que siempre podemos entablar con Él. Y ese mensaje es la Buena
Nueva; no una de castigos sino de crecimiento, de toma de conciencia
para la mejora, de confianza plena en el Padre y en el poder del
Amor. Pero, claro, algo tan sencillo para la mente humana nos cuesta inmensamente admitirla como verdad indiscutible y es
entonces cuando nos buscamos múltiples excusas para no aceptar
ese amor, porque una de las luchas del ser humano a lo largo de la
historia ha sido precisamente ésa, la incapacidad de admitir que
somos Amor. ¿Llegará pronto el día en que consigamos admitirlo? ¡Así sea!
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