martes, 19 de abril de 2016

Interés por las biografías

Desde que aprendí a leer, he dedicado mucho tiempo a este inmenso placer. Los libros me abrieron a experiencias y conocimientos ajenos que ampliaron mi mundo y me enseñaron muchas cosas útiles. Una de mis lecturas preferidas la constituyeron diferentes biografías. Quizá muchos piensen que una biografía es una especie de cotilleo sobre otras vidas, pero permíteme que te explique cómo veo yo esto. 

Por supuesto, lo primero que hay que tener en cuenta es que existen muchos tipos de biografías, y es verdad que algunas apuntan hacia la dirección del cotilleo o morbo; sin embargo, no son ésas las que a mí me motivan. Por el contrario, me gusta escoger profundas biografías, e incluso abordar la vida de algunos personajes no desde un único punto de vista, sino desde otros varios, y así voy construyendo, de una manera que pretende ser más completa, la vida y obras de seres vistos por más de un estudioso y no por un único autor. 

Para mí las biografías constituyen fuente de enseñanza. Gracias a ellas puedo saber y aprender sobre impulsos motivadores en los seres humanos que en algunos se muestran de manera mucho más clara que en otros. Cada personaje aporta una nueva enseñanza; ya sea por sus acciones positivas como por las negativas, haciéndome entender muchas consecuencias de nuestros pensamientos, palabras y actos.

Con las biografías, fui descubriendo, por ejemplo, cuántos tipos de personas diferentes pueden añadir sabiduría a mi vida. Es verdad que uno tiende a ciertas temáticas, pero en el camino se sorprende incluso al adentrarse en experiencias de vida que en apariencia nada tienen que ver con el propio gusto. Y es que todas la vidas tienen interés si sabemos buscarlo.

En toda vida se haya un poso que nos permite aprender, ya sea por lo bueno que la persona consiguió, o por lo malo que pudo provocar. Sacar a la luz acciones equivocadas también enseña. Se cuenta de Thomas Alva Edison que antes de inventar la bombilla eléctrica hubo de hacer múltiples ensayos que resultaron fallidos. Así, la interpretación general de aquellos frustrados ensayos era considerarlos como errores. Sin embargo, parece ser que Edison no lo veía así, sino que aplicando un gran optimismo decía que había aprendido tres  mil formas diferentes de como no hacer una bombilla.

Pues así veo yo las biografías, como una gran fuente de enseñanza, pues incluso de los errores de los protagonistas uno puede aprender y por tanto obtener mucho provecho.

En el próximo artículo, tengo pensado contaros el resumen de una biografía. ¿Querréis leerla?